Sobre la danza y la crianza; la naturaleza emergente del movimiento en comunidades
Petra Bravo reflexiona sobre su carrera como coreógrafa y profesora
Introducción
La coreógrafa y maestra Petra Bravo ha influido profundamente en la escena artística puertorriqueña durante más de medio siglo, con una carrera que abarca continentes y generaciones. Sus más de cien obras han recorrido escenarios desde Nueva York hasta Cuba, y su influencia trasciende las fronteras geográficas. Arraigada en un profundo compromiso para abordar la desigualdad social, la coreografía de Bravo sirve como un poderoso vehículo de expresión, colaboración y resistencia.
Comenzó su trayectoria artística como bailarina en el Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de Alicia Alonso, y la llevó por todo el mundo, actuando en prestigiosos escenarios y perfeccionando su arte. En 1968, se embarcó en un nuevo capítulo en Puerto Rico, junto a su marido Otto Bravo, donde fundaron compañías de danza como el Ballet 70 y el Ballet Teatral. A lo largo de su carrera, Bravo ha sido la cofundadora de colectivos experimentales como Pisotón y ha promovido festivales que han reconfigurado el panorama de la danza en Puerto Rico. Su dedicación a cultivar el talento emergente es evidente en iniciativas como Danza Brava y Hincapié, una compañía estudiantil que fundó en 1999 y que sigue sirviendo de punto de lanzamiento para artistas interdisciplinarios. En su obra más reciente, SIMULACRO, Bravo colaboró con poetas y artistas para crear una exploración multidimensional del sonido, el movimiento y la palabra hablada. Este enfoque interdisciplinario refleja la creencia de Bravo en el poder transformador de la colaboración y la experimentación.
Al reflexionar sobre su carrera, Bravo se mantiene firme en su compromiso de superar los límites, desafiar las normas y amplificar las voces marginadas a través de la danza. Con cada nuevo esfuerzo, sigue desafiando las expectativas y enseñando a las generaciones de artistas venideras.
Entrevista con Petra Bravo
Luz Orozco: Ha sido parte de varias colectivas e iniciativas para promover la danza contemporánea y experimental como Pisotón y Hincapie. ¿Cómo describirías tu enfoque hacia la visión y la colaboración dentro de la comunidad de danza en la isla?
Petra Bravo: Mi enfoque hacia la educación de la danza en sus etapas y momentos específicos, abarca niveles del entendimiento y desarrollo particulares del trabajo. Son dos aspectos básicos, el primero es, trabajar con estudiantes sin previo conocimiento sobre la danza, donde hay que explicar y trabajar con los cuerpos con tiempo y constancia. La segunda etapa va dirigida hacia los bailarines que ya tienen experiencia y técnicas específicas como el jazz, el ballet clásico, entre otras modalidades, entonces basados en ese conocimiento se trabaja con rigor.
Además de enseñar otras técnicas, se conversa sobre las maneras de interpretar el cuerpo, ofreciendo ejemplos con la improvisación, y un acercamiento a otras disciplinas artísticas. Por ejemplo la poesía, crear textos propios, para escarbar otras formas de la danza, otras maneras y visualización del montaje escénico. Estas experiencias son a largo plazo y se han desarrollado con éxito en el ambiente de la danza y el teatro universitario. En las academias privadas han incluido la danza moderna como una necesidad básica y en las comunidades se ha propagado este estilo con éxito y bien recibido.
Luz: En SIMULACRO, colaboraste con varios artistas y poetas. ¿Qué te atrae a trabajar con poetas, lenguaje y palabra hablada, y cuál es tu proceso para desarrollar coreografía con esos colaboradores?
Petra: En SIMULACRO fui radical en el montaje. La entrada del público se realizó con una grabación de la poesía sonora; que se basa en el sonidos de las palabras creando una ambientación introspectiva del sonido y reflexión interior.
Es muy interesante la palabra llevada al cuerpo danzante porque se busca la esencia del contexto y se juega con la gestualidad llevada a la coreografía ocupando un ritmo significativo diferente. Soy partidaria en rebuscar en los danzantes que se puedan entregar al cambio de danzar diferente.
La poesía me obliga a esa belleza de lo inesperado. Yo escojo los poemas y se trabajan aparte en su dicción y en buscar maneras de experimentar con la voz, porque hay poemas sonoros que se interpretan muy diferente, se prolonga un verso en el cuerpo o se sostiene una palabra que parece una nota musical, esto me inspira y reta a coreografías de otro modo.
En los talleres de ensayo se trabajó todas las posibilidades de montar y desmontar usando ese referido y ejecutándolo en la función, hablar o decir frases sueltas relacionadas al contexto – sin ser una conversación propia coherente – solamente una relación, o una insinuación al poema cuerpo.
Invite un solo poeta, Roberto Net Carlo, para abarcar las diferentes modalidades de sus poesías. Roberto es un poeta excepcional, versado y experimental, un artista que rebusca sus raíces desmembrando el arte de la palabra. SIMULACRO estableció la necesidad de pensar al revés de lo establecido, seguir la línea de pensamiento sin adornos, respetando lo emotivo en los montajes escénicos, y remover nuestras ideas preestablecidas. Esta obra es un cambio radical en lo posible, contando con las limitaciones de todo tipo, y que son las que nos llevan a una creación muy diversa.
Incorpore videoarte, un solo desnudo, donde se ejecutó en vivo al mismo bailarín del video en una interpretación de danza y diálogo entre ellos, con un texto corto. Fue interesante verlos en ese intercambio de texto y movimientos, ellos se contestaban con el uso de la voz en ambas coreografías, la del video y la de la escena en vivo. Con esa pieza cerré SIMULACRO.
Luz: ¿Puedes hablar más sobre tu colaboración con Roberto Net Carlo y tus sueños de publicar un libro con él?
Petra: Mi sueño es uno de esos deseos importantes en mi carrera, hacer un libro de poesías y diseños coreográficos junto al impetuoso escritor poeta Roberto Net Carlo. Espero que este libro se realice con enlaces de mis coreografías para que se puedan ver por YouTube, en relación al montaje de al menos siete piezas de poesía del libro. Él me acomodó el pensamiento de otras maneras para mis producciones de danza experimental, me estimuló en mis intentos de textos/poesías, y mi mentor en descubrir mi segundo desahogo.
La poesía junto a la danza es dispersar, desintegrar, reafirmar, convulsionar, escribir en códigos y se interpreta con sentido propio. El público de danza valora y reconoce estas propuestas de arte. Mi danza es directa en temas y subtemas en las interpretaciónes variadas de los danzantes y porque somos bailarines en vivo. Yo hago énfasis en mi postura artística, sobre los temas sociales, no la descuido ni la dejo al garete. Nos convertirnos y transformamos en animales de la danza poesía.
Luz: Ya teniendo una carrera de más de cincuenta años, cuéntenos sobre su evolución como coreógrafa y cómo ha cambiado sus métodos de enseñanza como maestra y mentora.
Petra: Las experiencias de bailar, coreografíar y la enseñanzas son materias conjuntas y muy diferentes, pero se restriegan entre sí. El enfoque de ampliar los cuerpos al mínimo detalle es la enseñanza. El método utilizado varía con los diferentes cuerpos. Siempre hay que modificar usar otras maneras, otras técnicas mezclar, perpetuar el trabajo muscular y aflojarlo para usarlo diferente dependiendo de la asimilación del bailarín profesional o el estudiante. Conocer sobre las escuelas de ballet y de danza moderna son de extrema ayuda importante para ese trabajo tan comprometido. Y la intuición está en todo, hay que escucharla.
La coreografía es un trastorno de las sensaciones: composiciones aérea, patrones del espacio, una liberación de todo lo aprendido y componerlo al gusto necesario. Usar la música en sus compases es tener conocimiento de la técnica que se utiliza para danzar y para lograr matices dentro de la partitura musical. Yo hago también coreografías para el silencio y para los ruidos. Nada que me limite ni nos limite.
Bailar es lo más sabroso que existe. Después de bailar y en cada subida a la escena es saberte más, y conocerte mejor, trasladar la pasión en cada músculo es un deleite, para distribuir las emociones. Es un complemento total, de vida/arte y se logra bailando. Desde los clásicos a lo experimental a la rumba y al goce, de poder denunciar y decir lo hay que decir en un mundo tan tóxico como lo es el control para el capitalismo burro destructor.
Danzar es una libertad de compromiso social. Poder de algún modo, cambiar el sentido de vivir tan personalizado, encerrados en una élite desentendida, abusiva, y definitivamente ser más colectivos. Rechazar las guerras, como el genocidio en Palestina, al grito callejero de la danza y la poesía.
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Petra Bravo
Choreographer